Si tienes computadora (hasta si no), seguramente conoces la combinación de teclas para forzar un reinicio cuando se traba o deja de funcionar...
Sí: Ctrl-Del-Alt
Sé que la mayoría conoce la combinación como "Ctrl-Alt-Del", pero el orden es relevante, ya lo verás más adelante. También sé que si usas Mac, la combinación es distinta, pero no importa.
En las redes sociales, me he topado con creciente frecuencia con memes hablando del 2020 como un año que debería volver a comenzar, que porque tiene virus, que porque vino defectuoso, etcétera. Eso me puso a pensar sobre las maneras como los seres humanos reaccionamos frente al cambio. Porque lo que estamos viviendo en estas semanas es justamente eso: un cambio masivo, a nivel planetario, de nuestra realidad. No sólo en cuanto a la manera como vemos nuestra salud, sino en general.
Y sí, muchos desearían poder apretar Ctrl-Del-Alt para reiniciar el año, deshacernos de golpe de lo que ha dejado de funcionar. La mala noticia es que eso es, por supuesto, imposible.
¿Hay una buena noticia?
Yo creo que sí. Pero para llegar a ella, hay que ir paso a paso…
Entonces, está claro que la situación en la que nos encontramos, es un evento mayúsculo en nuestra vida. Y como todos los eventos, es perfectamente neutro: el Coronavirus no nos ha declarado la guerra, no nos odia ni nos quiere destruir. No es más que una molécula envuelta en grasa (no soy virólogo, disculpen si uso descripciones imprecisas) que tiene la capacidad de invadir células para hacer copias de sí misma. Simplemente es. Como un terremoto simplemente es. O el nacimiento de un bebé. Simplemente es. Quienes interpretamos los eventos en nuestras vidas, quienes elegimos si van a ser maravillosos o catastróficos, somos nosotros. Y los interpretamos de acuerdo a lo que creemos, es decir, de acuerdo a lo que hemos aprendido en nuestras vidas: de acuerdo a nuestro iceberg (lee la entrada “Entre Trapecios” para una discusión más a fondo sobre este tema).
Ok. Entonces: tenemos este evento frente a nosotros, que ha causado cambios gigantescos a escala global. Nuestro iceberg, como hemos visto antes, le tiene una resistencia tremenda a cualquier cambio: lo que quiere es “volver a la normalidad” lo más pronto posible, a esa existencia cómoda (no necesariamente placentera) en la que sabe cómo son las reglas del juego y sabe cómo mantenerte con vida, que es su misión. Quisiera poder apretar Ctrl-Del-Alt, pero no puede. ¿Qué hace?
Trata con cada una de ellas por separado.
Ctrl
Puede tratar con “Ctrl”, es decir, “controlar”. Puede decidir que va a controlar al evento, que va a obligarlo a ajustarse a su propia lógica, a encajarlo en el sistema de creencias y aprendizajes que ha armado para protegerte del peligro. Y sobre todo, intentará controlarte a ti, para que no vayas a cometer el gran error de ponerte en riesgo. ¿Cómo te controla tu iceberg? A través del miedo.
Y entonces tu vida se convierte en una serie constante de malas noticias: cada contagio, cada muerto alrededor del mundo, te acerca a ti a la peligrosísima posibilidad de que te pegue a ti o a tus seres queridos; y entonces el miedo a perderte, o a perderlos a ellos, te paraliza. O quizás el miedo a lo que va a pasar con tu trabajo en esta cuarentena te mantiene despierto por las noches: a lo mejor eres de los que han perdido su fuente de ingresos y no sabes si la podrás recuperar una vez que todo esto pase. O quizás no te puedes dar el lujo de “quedarte en casa” como nos piden nuestros gobiernos y nuestros amigos: tienes que salir a ganarte el pan de cada día porque si no, tu familia no come, y entonces sales con miedo a que en cualquier esquina un estornudo acabe contigo…
Tu iceberg te conoce a ti mejor de lo que te conoces tú mismo y sabrá exactamente cómo usar el miedo para evitar que te muevas y, ojalá, la ola del cambio pase por encima de ti y no te lleve consigo. Ya después, cuando pase todo y las cosas “vuelvan a la normalidad”, te dará permiso de recuperar la vida que tenías antes, exactamente como la tenías antes.
Del
También puede tratar con “Del”, es decir “borrar”. Hacer como que nada pasa. Fingir que todo esto que está pasando ni siquiera es tan grave, que el cambio no es cierto, que puedes seguir como si nada. Si te fijas, hay mucha gente en el mundo haciendo justamente eso: desde el presidente de Brasil hasta el adolescente que inventó el “Coronavirus challenge” en tiktok. Aquí, tu iceberg también opera desde el miedo, sólo que el resultado es diferente.
Es un poco como el efecto avestruz: ante el peligro, meter la cabeza en la tierra y no ver nada (los avestruces, por cierto, no entierran la cabeza realmente, sólo la pegan a la tierra, buscando camuflaje).
Y entonces haces como si el resto del mundo se ha vuelto loco de miedo: ¿para qué tantas precauciones, si sólo es una gripita? ¿Quién le cree a las cifras oficiales, si seguramente están amañadas? Y así. Los más temerarios organizan “Coronafiestas” para demostrar que no hay virus que pueda frenar la normalidad. O lamen excusados en video para ganar popularidad. En realidad, no es que no tengan miedo de lo que está ocurriendo a su alrededor, al contrario: es tal su miedo que los obliga a “borrar” el peligro de su campo de visión, porque si se obligaran a verlo, no sabrían qué hacer.
Con suerte, cuando las cosas “vuelvan a la normalidad”, podrán decir, con grandilocuencia y satisfacción, que tenían razón y que no fue para tanto. Con mucha, muchísima suerte. Porque lo más probable es que la parálisis provocada por su miedo termine siendo más destructiva que el evento mismo.
Lo sé, el panorama luce desolador… ¿En qué momento va a llegar la buena noticia?
Ahora.
Alt
La tercera opción, “Alt” es una que a tu iceberg no le gusta usar. Porque implica aceptar lo que hay, sin juicios, sin miedo, y buscar las “alternativas”. Es decir, las posibilidades. Las oportunidades.
Tu iceberg no quiere alternativas porque ésas van, por definición, en contra de la vida ordenada y reglamentada que ha armado para mantenerte a salvo. Cada alternativa trae consigo una incertidumbre, y nada aterra a tu iceberg más que la incertidumbre.
Pero tú puedes elegir el botón “Alt” en tu vida. Tú puedes, si lo eliges, interpretar el cambio que estás viviendo como una oportunidad para ver otros caminos para ti, otras alternativas. Esto no se refiere solamente al que estamos viviendo todos en el mundo por el Coronavirus, sino también a cualquier “golpe que te da la vida”. Cuando te quedas sin trabajo. Cuando te corta tu novio/novia. Cuando te caes y te rompes una pierna. Cuando un temblor te deja sin casa. Cuando vas manejando y un taxi se te cierra enfrente. Etcétera.
En todas estas situaciones, tu iceberg va a querer “controlar” o “borrar”.
¿Te acuerdas de “el gallo y la gallina”? Si no, te invito a que lo leas, está en este mismo blog. Habla sobre las dos maneras en las que nos permitimos ser víctimas de la vida. Pues qué crees: cuando tu iceberg “controla”, te vuelve gallina. Cuando “borra”, te hace gallo.
Pero cuando tú te adelantas a tu iceberg y eliges explorar alternativas, dejas de ser víctima y te haces responsable del evento: es decir, adquieres la habilidad de responder ante él, la “respons-habilidad”…
Ahora, esto es sencillo, como he venido diciendo, se trata de una elección y ya… Pero no necesariamente es fácil. Implica trabajo, esfuerzo, la disposición de equivocarse y de pagar los precios que haya que pagar para salir adelante…
Pero así es cómo se crean las vidas extraordinarias. Con o sin pandemia de por medio.
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