Una de las cosas que más me gustan en la cocina es experimentar. Encontrar nuevas combinaciones, mezclar ingredientes que normalmente no pensarías juntar (quizás es algo que heredé de mi hermana, que a los ocho años descubrió las delicias del arroz con leche mezclado con frijoles refritos) y ver qué pasa con el resultado.
Pues es lo que tenemos aquí: una receta que no aparecerá en todos los libros dedicados a la cocina italiana. Extremadamente fácil de preparar, sólo necesita seis ingredientes:
1. la pasta (yo prefiero una pasta larga, como bavette o fettuccine, pero cada quien tiene sus favoritos; un paquete de 500g es más que suficiente)
2. mantequilla (media barrita, cortada en cuatro pedazos)
3. menta fresca (un manojo, picado finamente: más o menos media taza)
4. parmesano rallado (una taza para mezclar con la salsa y un poco más para servir)
5. sal y pimienta (ya sé, son dos ingredientes, pero siempre van juntos)
6. agua suficiente para cocinar la pasta
Hierves el agua con un puño de sal y cocinas la pasta en ella hasta que esté al dente. Reservas media taza del agua y escurres la pasta. En un recipiente tibio, combinas la pasta con la mantequilla y la menta picada, añadiendo el agua reservada y el parmesano poco a poco hasta tener una salsa cremosa. Agregas sal y pimienta al gusto. Sirves con más parmesano rallado.
Y ya. Eso es todo.
Es un platillo extremadamente sencillo, pero tiene una complejidad de sabor que supera cualquier salsa de frasco. Ideal para una soleada tarde de domingo en primavera... Nos vemos pronto, con las últimas noticias sobre "Relatos Insomnes" y mi segunda novela.
¡Salud y mazapanes!
Kommentarer