Del latín ambitio, -onis
1. f. Deseo ardiente de conseguir algo, especialmente poder, riquezas, dignidades o fama.
2. f. Cosa que se desea con vehemencia. Su mayor ambición es vivir en el campo.
Es lo que dice el Diccionario de la Real Academia sobre la palabra "ambición". No hay más.
Yo creo que es una de las que menos entendemos en nuestro idioma porque, sobre todo en tiempos recientes, se nos ha dado por satanizarla un poco. Decirle "ambicioso" a alguien es llamarle mezquino, egoísta, envidioso. Ser ambicioso ha terminado por convertirse casi en sinónimo de ser codicioso.
Pero en realidad, tienen significados muy distintos: la codicia es el deseo de poseer lo que es de alguien más, es decir, de quitárselo a esa persona (por los medios que sean); la ambición, como dice arriba, es sólo el deseo de conseguir algo que para uno sea particularmente importante.
No le tengas miedo al hecho de tener ambiciones: todos las tenemos. Mientras no sean codiciosas, se valen.
¿Cuál es tu ambición? ¿Qué es aquello que realmente deseas?
¿Un coche nuevo?
¿Cambiar de trabajo?
¿Salvar el mundo?
¿Declararle tu amor a esa persona?
Todas son ambiciones válidas. Y es sumamente importante que tengas clara cuál es la tuya. Y más que eso: de dónde viene, cuál es el objetivo que quieres cumplir con ella. Porque un coche nuevo, nada más porque sí, porque te gustó el que viste cuando pasaste frente a la agencia, es una cosa. Pero un coche nuevo para poder llevar a tus hijos a la escuela todos los días, es otra. Y un coche nuevo para lanzarte a la aventura y descubrir pueblos, lugares, países, es otra más.
Date permiso de decirlo, de decírtelo. Así, con todas sus letras. Sea lo que sea. Si te da pena, no te preocupes, nadie más que tú tiene por qué saberlo (aunque, te voy a revelar un secreto: es muy poderoso compartírsela a alguien: te hace responsable de ella)
Mi ambición es ser el mejor escritor de ficción en lengua española. Pum. Ahí está. Suena grande. Algunos dirán que es arrogante. ¿Cómo me atrevo a desafiar a los grandes, Cortázar, Paz, García Márquez, Cervantes, etcétera?
Pero te voy a revelar otro secreto: las ambiciones requieren llevarte más allá de lo que tú crees (o los demás creen) que puedes lograr. De otro modo, si se queda corta, es conformista. Mediocre. ¿Para qué quiero ser nada más un escritor que más o menos ahí la lleva?
Qué flojera.
Teniendo clara cuál es mi ambición, es como prenderme un cohete en la cola, como dicen por ahí. Me obliga a comprometerme con ella, a trabajar todos los días, cada momento de mi vida, para lograrla. ¿Me falta para poder compararme a Benedetti, Novo, Mistral, Vega? ¡Claro! ¡Y mucho! Pero al menos sé hacia dónde voy.
¿Lo sabes tú?
Reto del día: compártenos tu ambición. Platiquemos sobre ella. En una de ésas alguien de por acá te puede echar una mano.
¡Salud y mazapanes!
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